top of page
Foto del escritorRootsLand

Rastafarismo y repatriación: el sueño eterno de regresar a África como Tierra Prometida

Redactor: Sam Torne 


Rastafarismo y repatriación: el sueño eterno de regresar a África como Tierra Prometida

El movimiento Rastafari, surgido en Jamaica en la década de 1930, ha centrado gran parte de su doctrina en la repatriación a África, especialmente a Etiopía, considerada la Tierra Prometida o «Sion». Este anhelo de retorno no solo es físico, sino también espiritual y cultural, representando una búsqueda de identidad y redención para los descendientes de africanos en la diáspora. 

 

Para los rastafaris, Etiopía simboliza Sion, un lugar de pureza, justicia y conexión divina. Esta asociación se fortalece con la figura del emperador Haile Selassie I, coronado en 1930, a quien consideran la encarnación de Jah (Dios). Su ascenso al trono fue interpretado como el cumplimiento de profecías bíblicas y un llamado al retorno a la tierra ancestral.  

 

La identificación de Etiopía como Sion también se basa en referencias bíblicas, donde se menciona a Etiopía como una tierra bendecida. Los rastafaris reinterpretan estos textos, viéndolos como una guía espiritual que legitima su deseo de repatriación y reconexión con sus raíces africanas.  

 

La Importancia de la repatriación en el movimiento rastafari 

La repatriación es un pilar fundamental en la filosofía rastafari. Más allá de un simple retorno geográfico, representa la liberación de la opresión de «Babilonia» (el mundo occidental y sus sistemas percibidos como corruptos) y la restauración de la dignidad y el orgullo africano. Este concepto ha inspirado movimientos y acciones a lo largo de la historia, incluyendo intentos de migración colectiva a Etiopía.  

 

Un ejemplo notable es el de la African Reform Church, liderada por el pastor Claudius Henry en Jamaica entre 1959 y 1960, que buscó forzar la repatriación a Etiopía y la liberación colonial de los afrodescendientes en la isla.  

 

Sin embargo, la repatriación no siempre ha sido un proceso sencillo. En la década de 1960, Haile Selassie ofreció tierras en Shashemane, Etiopía, para los afrodescendientes que desearan regresar. Aunque algunos aceptaron la oferta, enfrentaron desafíos como la adaptación cultural, barreras lingüísticas y cambios políticos en Etiopía.  

 

Repatriación física y espiritual 

Con el tiempo, el concepto de repatriación ha evolucionado dentro del movimiento rastafari. Mientras que inicialmente se enfatizaba el retorno físico a África, muchos rastafaris contemporáneos interpretan la repatriación de manera espiritual y mental. Esto implica reconectar con la herencia africana, adoptar valores culturales y espirituales africanos, y resistir las influencias opresivas de Babilonia en cualquier lugar donde se encuentren.  

 

Esta repatriación simbólica busca empoderar a los individuos, fomentando una identidad sólida y una conexión profunda con sus raíces, sin necesidad de un desplazamiento físico. Es una afirmación de la africanidad y una resistencia a la asimilación cultural impuesta por sociedades occidentales. 

Comments


bottom of page