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Rastafarismo como respuesta espiritual a siglos de colonización y racismo

Redactor: Sam Torne 

Rastafarismo
Rastafarismo

El movimiento rastafari emergió en Jamaica durante la década de 1930, en un contexto de pobreza y opresión. Sus miembros, descendientes de africanos esclavizados, se identifican como parte de la diáspora africana y buscan reconectar con sus raíces culturales y espirituales. La figura del emperador etíope Haile Selassie I, coronado en 1930, fue interpretada por los rastafaris como la encarnación de Dios en la Tierra, cumpliendo la profecía de Marcus Garvey que instaba a «mirar hacia África» en busca de redención.​ 

 

Marcus Garvey, líder jamaicano del movimiento panafricanista, fue una figura clave en la formación del pensamiento rastafari. Su visión de una África unida y libre del colonialismo inspiró a los rastafaris a ver a Etiopía como la tierra prometida y a Haile Selassie como su líder espiritual. Garvey promovió el orgullo racial y la autoafirmación de los afrodescendientes, sentando las bases para la identidad rastafari.​ 

 

La espiritualidad rastafari y la resistencia cultural 

El rastafarismo combina elementos del cristianismo, el judaísmo y las tradiciones africanas, creando una espiritualidad única centrada en la conexión con Jah (Dios) y la resistencia a la opresión. Los rastafaris practican rituales como el Nyabinghi, que incluye cantos, tambores y meditaciones, y adoptan símbolos como los colores rojo, verde y amarillo, que representan la sangre derramada, la tierra y la riqueza de África, respectivamente. 

 

El rastafarismo se ha expandido más allá de Jamaica, resonando con comunidades afrodescendientes en todo el mundo que buscan reconectar con su herencia africana y resistir las estructuras de poder coloniales. La música reggae, popularizada por artistas como Bob Marley, ha sido un vehículo poderoso para difundir los mensajes de unidad, resistencia y espiritualidad del movimiento rastafari.​ 

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