Agua para todos Por Juan Carlos Valencia Vargas El 8 de abril, el Presidente de la República, Andrés Manuel Lopez Obrador, anunció en su conferencia matutina que la Dra. Blanca Jiménez Cisneros dejaría la Dirección General de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y la propondría para incorporarse como embajadora en Francia. Durante su mañanera, el Presidente mencionó que no era por falta de capacidad, sino que la Doctora atravesaba por un problema familiar. Sin embargo, ya se suponía la salida de la entonces directora desde meses antes, cuando el Presidente declaró que la Conagua estaba invadida por funcionarios del PAN, forzó a la renuncia de todos los subdirectores generales y nombró a los sustitutos, desde luego sin consultar a la entonces directora. Era evidente que estos subdirectores no responderían a la titular, sino al Presidente. Esta situación hizo crisis semanas después, cuando, inconformes por diversos nombramientos que se aprobaron en una reunión del Consejo Técnico, estos subdirectores hicieron público un oficio que enviaron al Presidente de la República, en el que mencionaban que desde su nombramiento (en septiembre del 2020), habían podido identificar las dinámicas, las personas y los intereses que habían resultado en la pérdida de credibilidad y efectividad de la Conagua; también expresaron que habían tomado decisiones para su corrección, pero enfatizaron que habían enfrentado obstáculos que era importante hacer de su conocimiento y solicitaron una reunión para presentar su diagnóstico y propuestas requeridas para el desarrollo del país en un ambiente libre de prácticas de corrupción y de conflicto de intereses. Además, no conformes con eso, dirigieron un oficio a la Secretaría del Medio Ambiente pidiéndole que ningún nombramiento se aprobara en el Consejo Técnico sin antes contar con la venia de los subdirectores. Una clara y abierta afrenta a la entonces directora. Estaba claro que las decisiones de unos no eran del agrado de los otros. A partir del 1 de junio se concretó el relevo anunciado por el presidente Andrés Manuel López Obrador: el Ingeniero Germán Arturo Martínez Santoyo tomó posesión como Director General de la Conagua, la institución encargada de administrar y preservar las aguas nacionales, así como de garantizar la seguridad hídrica del país. Un gran reto que, confiamos, el nuevo titular sabrá enfrentar de mejor manera. Es menos teórico, es más práctico y tiene mucha más experiencia en lo relacionado a la operación y la gestión gubernamental. El nuevo titular de la Comisión es Ingeniero Civil por la Universidad Nacional Autónoma de México y perito profesional en Ingeniería Hidráulica por el Colegio de Ingenieros Civiles de México, A. C. En la Conagua se ha desempeñado como subdirector General de Administración y como director General de los organismos de cuenca Aguas del Valle de México, Balsas y Cuencas Centrales del Norte. Además, de 2001 a 2009 fungió como director General de la Comisión de Aguas del (entonces) Distrito Federal, del Sistema de Aguas de la Ciudad de México, así como de Obras y Servicios Urbanos de las delegaciones Gustavo A. Madero y Tlalpan. Grandes retos le esperan al nuevo director. De entrada, tiene que enfrentar los niveles mas bajos en las presas que abastecen de agua a la Ciudad de México y el pago de agua a los Estados Unidos por el Tratado de 1944, en contra de la voluntad de los agricultores de Chihuahua, por mencionar algunos de los mas puntuales, pero, de fondo, debe encontrar formas de garantizar el Derecho Humano al Agua en un momento de creciente demanda y de sequías mas severas, además de revertir la contaminación de los cuerpos de agua, a la vez que garantizar el agua para la generación de energía, para la industria y para la generación de empleos. Por el bien de México, que tenga éxito en su encomienda.
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