Redactor: Sam Torne
El cannabis ha sido tradicionalmente asociado con sus propiedades psicoactivas, pero investigaciones recientes han puesto en evidencia su potencial nutricional. La distinción entre droga y nutriente se está difuminando, ya que compuestos del cannabis como los cannabinoides no solo afectan procesos neuroquímicos, sino que también aportan nutrientes esenciales.
El cáñamo, una subespecie de la planta de cannabis (Cannabis sativa ssp. sativa), es un ejemplo de cómo esta planta puede ser una fuente rica en proteínas, ácidos grasos esenciales y fibra dietética. Esto ha llevado a su inclusión en diversos alimentos, desde barras energéticas hasta aceites culinarios, reflejando un cambio en la percepción de la planta como alimento funcional.
Semillas de cáñamo: un superalimento
Las semillas de cáñamo son altamente nutritivas y contienen proteínas como edestina y albúmina, fácilmente digeribles y ricas en aminoácidos esenciales como metionina y cistina. Además, son una fuente de ácidos grasos poliinsaturados, como el ácido linoleico y el ácido alfa-linolénico, los cuales se asocian con beneficios para la salud cardiovascular, la reducción de la inflamación y la prevención de enfermedades autoinmunes.
El aceite de cáñamo, derivado de las semillas, es bajo en grasas saturadas y rico en ácidos grasos omega-3 y omega-6, lo que lo convierte en un aliado potencial para combatir enfermedades como la hipertensión y la artritis reumatoide.
Cannabinoides y salud metabólica
Además de sus beneficios nutricionales, ciertos cannabinoides tienen propiedades que pueden beneficiar la salud metabólica. El THC, por ejemplo, ha mostrado en estudios preclínicos la capacidad de reducir la obesidad inducida por dietas altas en grasas y prevenir enfermedades hepáticas relacionadas con esta condición. Por otro lado, el CBD puede ayudar a mantener la homeostasis de la glucosa y los lípidos, ofreciendo un enfoque natural para quienes buscan equilibrar sus niveles metabólicos.
El cannabis está encontrando su lugar en la cocina moderna. Sus hojas y flores pueden ser consumidas crudas en ensaladas o convertidas en jugos. Por otro lado, los extractos de cannabis se integran en productos como harina de cáñamo, chocolates, yogures, y bebidas. Los alimentos infundidos con cannabis, conocidos como comestibles, son cada vez más populares y se regulan estrictamente para garantizar niveles seguros de THC.
Regulaciones en muchas jurisdicciones limitan la cantidad de THC en productos comestibles a 1 mg por kilogramo de peso corporal, con valores ajustándose conforme aumenta el uso recreativo y medicinal.
La evolución del cannabis como nutriente
El aumento de productos de cannabis en los estantes de supermercados refleja una transición en curso: de ser considerado una droga, el cannabis está ganando reconocimiento como un nutriente. Este cambio no solo responde a las demandas de los consumidores, sino también a la investigación científica que respalda su uso en la nutrición y el bienestar.
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