Redacción. Marlone Serrano
El icónico peinado de los rastafaris, conocido como rastas o dreadlocks, no es simplemente una elección estilística, sino una expresión cargada de simbolismo y una conexión directa con los orígenes del Movimiento Rastafari en África y Oriente Medio. Este estilo, popularizado a nivel mundial por figuras como Bob Marley, lleva consigo la herencia de antiguos pueblos y creencias que llegaron al Caribe durante la colonización europea.
Origen africano del Movimiento Rastafari
El Movimiento Rastafari, nacido en los años 30 en Jamaica, encuentra sus raíces en la historia y espiritualidad africana. Martín Escolar, divulgador cultural, señala que la mayoría de los antillanos son descendientes de esclavos africanos traídos durante la época colonial. Este vínculo histórico se refleja en la religión rastafari, que tiene al último emperador de Etiopía, Haile Selassie I, como su mesías.
El término "Rastafari" deriva de su nombre real, Tafari Makonnen, y de su título nobiliario, Ras. Según la tradición, Selassie I es un descendiente directo del Rey Salomón, una conexión que posiciona al movimiento en una narrativa bíblica y ancestral.
El León de Judá: símbolo central del Rastafarismo
Uno de los elementos más representativos del Rastafarismo es el León de Judá, un símbolo presente en la bandera de Etiopía e inspirado en la tribu de Judá, de la que, según la tradición, descienden los reyes David y Salomón. Este animal no solo representa fortaleza y nobleza, sino que también está relacionado con el distintivo peinado de los rastafaris.
Escolar explica que las rastas buscan emular la melena del León de Judá, convirtiendo el cabello en un reflejo simbólico de la fuerza espiritual y el linaje sagrado del movimiento.
Un legado cultural en expansión
Aunque el Rastafarismo surgió como un movimiento de resistencia cultural y religiosa en Jamaica, sus símbolos han trascendido fronteras, convirtiéndose en emblemas de identidad y orgullo afrodescendiente en todo el mundo. Las rastas, en particular, son una manifestación visible de esta conexión con un pasado compartido que sigue vivo en la actualidad.
El Movimiento Rastafari continúa siendo un puente entre África y el Caribe, recordando las luchas, tradiciones y espiritualidad de sus pueblos. Así, las rastas permanecen como un poderoso símbolo de identidad, resistencia y conexión con la madre África.
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