Redacción: Marlone Serrano
California atraviesa una de las temporadas de incendios forestales más devastadoras de su historia reciente, con un saldo trágico de al menos 24 personas fallecidas, miles de desplazados y una destrucción masiva de viviendas y negocios. En este contexto, la industria del cannabis, uno de los mercados más grandes y regulados del mundo, enfrenta un desafío sin precedentes, demostrando su capacidad de adaptación y su compromiso con las comunidades afectadas.
Impacto en las operaciones
Aunque aún es temprano para medir la magnitud total de los daños, algunas tiendas minoristas de cannabis han tenido que cerrar temporalmente debido a su proximidad con las áreas de evacuación. En zonas como Malibú y Altadena, negocios como la tienda Rise, operada por Green Thumb Industries en Pasadena, suspendieron sus actividades para garantizar la seguridad de sus empleados y clientes.
Sin embargo, las restricciones locales que prohíben la instalación de dispensarios en áreas costeras, como Pacific Palisades, han protegido a muchas empresas del impacto directo de las llamas. Catalyst Cannabis Co., que cuenta con 29 tiendas en el estado, confirmó que todas sus instalaciones y empleados están a salvo. Por su parte, Mammoth Distribution, con sede en North Hollywood, informó que no sufrió pérdidas materiales significativas, aunque subrayó el impacto emocional en la comunidad.
Solidaridad en acción
Lejos de limitarse a proteger sus operaciones, la industria del cannabis ha asumido un rol activo en los esfuerzos de ayuda. Gelato Canna Co., con sede en San Diego, distribuyó agua enlatada a bomberos y evacuados en puntos clave como el Rose Bowl en Pasadena y el Centro Cívico de Los Ángeles.
The Artist Tree, una cadena minorista, instaló centros de recolección de donativos en sus sucursales en Los Ángeles. Estos centros reciben alimentos no perecederos, agua y artículos de primera necesidad, que luego se distribuyen en refugios para las personas desplazadas por los incendios.
Desafíos adicionales
Los cortes de energía eléctrica, que afectan a más de 367,000 clientes en el sur de California, representan un desafío para los negocios de cannabis, cuya infraestructura depende de sistemas controlados para almacenar productos sensibles. Ante esta situación, el Departamento de Control de Cannabis de California (DCC) ha implementado exenciones temporales y recursos de apoyo para los operadores afectados.
Reconstrucción y futuro
Se estima que el costo económico de estos incendios superará los 50 mil millones de dólares. La reconstrucción será un proceso largo y complejo, pero la respuesta de la industria del cannabis ha destacado por su solidaridad y compromiso con las comunidades donde opera.
En un momento crítico para California, la industria del cannabis no solo está demostrando su resiliencia ante las adversidades, sino también su capacidad para liderar esfuerzos de reconstrucción y apoyo social, consolidándose como un actor clave en el panorama económico y social del estado.
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