Redacción: Joel Charles
Actualmente la sociedad se encuentra bajo la era del individualismo, donde sólo se valora el éxito personal y este se eleva por encima de las necesidades e intereses de la comunidad.
En este contexto en donde resulta más vital destacar la importancia del reggae como un género musical que ha sido capaz de conectarnos a la colectividad, luchando contra el sistema musical actual.
Desde sus orígenes, allá por los 70´s, el reggae se ha desarrollado como una música de protesta y resistencia contra la opresión y la explotación. Igualmente, podríamos definirlo como un movimiento hacia un bien común o una herramienta poderosa para la transformación social. Por ello, la indignación, la perseverancia, la paz o el amor son temas tan comunes en este género jamaicano.
A lo largo de su historia, esta forma de expresarse ha servido como una fuente inagotable de inspiración y creatividad, capaz de influir y emocionar a múltiples generaciones. Sin importar los obstáculos a los que se ha enfrentado a lo largo de su historia, esto incluye la censura y represión, pero aún con eso, su impacto todavía perdura. De hecho, aún sigue expandiéndose a lo largo del mundo.
No obstante, con el paso del tiempo, la industria musical ha evolucionado y su acceso y difusión se han transformado radicalmente. De los primeros vinilos, que solo unos pocos podían permitirse, hemos avanzado a una era de música digital, donde el acceso a cualquier artista se encuentra prácticamente al alcance de la mano. Obviamente, esto podría ser una gran ventaja; El caso es que todo esto viene acompañado por unas energías no tan positivas.
La evolución de la industria musical ha cambiado tanto en los últimos años llevándola a una redefinición del concepto de música y su consumo, la forma en que las personas acceden y se relacionan con la música ha cambiado drásticamente a nivel global y esto ha tenido un efecto muy notable en la producción musical.
Uno ya no espera con ansias en las tiendas musicales para conseguir el disco de su artista favorito, ya no se hacen esas filas enormes para comprar un álbum, ahora se obtiene todo de manera digital, y como mencionó reggae roots recientemente, se pierde el concepto de disco y prácticamente ya nada nos pertenece, escuchamos la música en apps de música, pero en sí, esa música no es nuestra completamente.
Es más, sería crucial reconocer cuanto antes estos cambios para navegar más eficazmente en este nuevo panorama. Y, a medida que continuemos adaptándonos a las nuevas tendencias y patrones, también deberíamos considerar cómo pueden dar una mejor forma a nuestro futuro colectivo.
El reggae, como muchas otras formas de arte, está inextricablemente vinculado con su contexto histórico y social. Si bien sus mensajes de lucha y resistencia han sido un sello distintivo desde sus inicios, la industria musical ha adoptado una mentalidad cada vez más neoliberal que ha transformado la forma en que se crea y distribuye esta música.
En este sentido, es importante considerar cómo podemos apoyar a los artistas que buscan expresar mensajes profundos y significativos a través de su música, incluso en un mundo cada vez más comercializado. Asimismo, debemos ser conscientes de las consecuencias a largo plazo de la música que consumimos y apoyamos. Es decir, fomentemos una industria musical más sostenible y, a su vez, más enfocada en el arte.
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