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El papel del imperio Hearst en la prohibición del cannabis

Redacción: Guicel Garrido 


El papel del imperio Hearst en la prohibición del cannabis

El imperio Hearst Communications era la empresa privada más grande de su tipo. William Hearst, miembro de la empresa, fue quien comenzó el amarillismo en contra del uso de cannabis para promover sus creencias y agenda políticas, la editorial comenzó a crear una reputación infame y sensacionalista. El contenido de sus periódicos cubría noticias sobre crímenes, asuntos exteriores y comics, que dieron paso al ahora conocido como periodismo amarillo o amarillista. En esta época, el cannabis se vendía en Nueva York, como un medicamento doméstico, y los estadounidenses lo conocían de esta manera. 

Los noticieros consideraban la planta como extremadamente peligrosa, y la editorial Hearst fue la principal autora de su satanización en los medios de comunicación. En 1913, la empresa reemplazó el nombre cannabis por el de marihuana y se dedicó a publicar historias engañosas, en las que aseguraban que la planta era conocida como una droga asesina en la India, donde quienes la consumían, se volvían locos o agresivos.  

También la describieron como un “atajo al manicomio” y que en una jardinera se podía cultivar suficiente marihuana para “volver completamente loca a toda la población de Estados Unidos”. Esto ocasionó un aumento en la discriminación de personas que pertenecían a una minoría o nacionalidad diferente, todo esto jugó un papel importante en la demonización del cannabis, lo que finalmente llevó a La Ley del Impuesto sobre la Marihuana de 1937, que fue la primera vez que el gobierno impuso una prohibición federal a la planta de cannabis. 

Las razones por las que Hearst decidió demonizar el uso del cannabis son variadas. Existe la teoría de que esperaba lograr la prohibición del cáñamo por los intereses de la empresa en la industria maderera. Sin embargo, está claro que Hearst tenía un objetivo: vender tantos periódicos como fuera posible. Y causar prejuicios sobre el uso del cannabis, seguramente generó titulares sensacionalistas que la clase trabajadora simplemente no podía ignorar. 

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