El cannabis medicinal mejora la calidad de vida de pacientes crónicos según un nuevo estudio

Redactor: Sam Torne 

La investigación sobre el cannabis medicinal ha avanzado significativamente en los últimos años, arrojando luz sobre sus posibles beneficios terapéuticos para diversas condiciones crónicas. Estudios recientes en Australia han proporcionado datos valiosos sobre cómo esta planta puede influir en la calidad de vida de los pacientes.​ 

Desde 2016, Australia ha permitido que pacientes con condiciones crónicas, que no responden a tratamientos convencionales, accedan al cannabis medicinal bajo prescripción médica. Este cambio legislativo ha resultado en más de un millón de nuevas prescripciones para más de 200 afecciones distintas. ​ 

La iniciativa QUEST (QUality of life Evaluation STudy) es un estudio multicéntrico prospectivo que reclutó a pacientes adultos con diversas condiciones crónicas, a quienes se les prescribió aceite de cannabis medicinal entre noviembre de 2020 y diciembre de 2021. El objetivo principal fue evaluar la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS) y otros indicadores como el dolor, la fatiga, el sueño, la ansiedad y la depresión a lo largo de un seguimiento de 12 meses. ​ 

Resultados clave del estudio 

Mejoras sostenidas en la CVRS: Los participantes mostraron mejoras clínicamente significativas en su calidad de vida desde los primeros tres meses, las cuales se mantuvieron durante todo el año de seguimiento.​ 

• Reducción del dolor y la fatiga: se observaron disminuciones notables en los niveles de dolor y fatiga entre los pacientes con dolor crónico.​ 

• Alivio en síntomas de ansiedad y depresión: aquellos con diagnósticos de ansiedad o depresión experimentaron mejoras significativas en sus síntomas.​ 

• Sueño: aunque se registraron mejoras en la calidad del sueño en algunos pacientes, no todos experimentaron cambios significativos en este aspecto. ​ 

Es esencial destacar que, aunque los resultados son prometedores, el estudio no contó con un grupo de control, lo que impide atribuir con certeza los cambios observados exclusivamente al uso del cannabis medicinal. Sin embargo, estos hallazgos aportan evidencia valiosa que puede informar decisiones clínicas y políticas de salud en el futuro.