Redactor: Sam Torne
El proyecto de videoarte Resilience surge de una conexión casual entre la artista española Francesca Martí y el empresario y filántropo Rohan Marley, hijo del legendario Bob Marley. Los dos se conocieron en Nueva York, donde Martí, intrigada por una colección de cerámicas de Marley, se acercó para iniciar una conversación que revelaría afinidades artísticas inesperadas. Ambos comparten una visión profunda sobre la resiliencia y la conexión humana, y decidieron explorar estos temas en un proyecto que combina la perspectiva artística de Martí con la herencia cultural de Marley.
Producido en el LADAT (Laboratorio de Animación y Tecnologías Audiovisuales) de la Universidad de las Islas Baleares, Resilience se divide en tres partes que exploran la resistencia humana y la introspección personal. La primera sección muestra a un protagonista en un lugar desconocido, lo que simboliza la universalidad de las experiencias humanas. En la segunda parte, el personaje revive fragmentos de recuerdos y reflexiona sobre su pasado, mientras que la última parte cierra con un monólogo de Marley, quien expresa sus pensamientos sobre los valores, la familia y la conexión social a través de las palabras de Martí.
Cada una de estas secciones explora cómo los humanos enfrentan adversidades y se encuentran a sí mismos. Este enfoque está muy alineado con la obra previa de Martí, especialmente con sus series «Dreamers & Believers» y Planet of Fusions, donde reflexiona sobre el poder de la fe y la identidad individual dentro de una sociedad interconectada. La obra también incluye música de Bob Marley, aunque aún no está claro si se mantendrá en la versión final del videoarte.
Un vínculo entre Mallorca y Jamaica
Resilience también es un viaje de conexión entre dos islas: Mallorca, donde Martí ha desarrollado su carrera, y Jamaica, el lugar de origen de la familia Marley. A través de imágenes y sonidos que evocan la belleza de ambas culturas, el videoarte se convierte en un puente entre las experiencias compartidas de Martí y Marley, así como entre sus respectivas culturas.
Según Martí, esta colaboración ha sido un espacio para la autenticidad y el intercambio cultural. Marley, quien inicialmente se mostró nervioso por no considerarse un artista, explicó que encontró en este proyecto una forma de expresarse auténticamente. Para él, Resilience ha sido una oportunidad de descubrir el poder del arte para transmitir mensajes complejos y profundos sin necesidad de palabras.
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