Redactor: Sam Torne
Claudio Narea, guitarrista y miembro fundador de Los Prisioneros, es una figura fundamental en el rock latinoamericano. Su papel en la banda, junto a Jorge González y Miguel Tapia, definió una etapa crítica en la música latinoamericana, con temas que se convirtieron en himnos de resistencia y crítica social. En una reciente entrevista, Narea expresó su opinión sobre el estado actual de la música y lo que percibe como una falta de discurso en las propuestas contemporáneas, comparándolas con el espíritu combativo y social de los años 80 y 90.
«La música de ahora se mira el ombligo»
Para Narea, la música de Los Prisioneros iba más allá del entretenimiento; cada canción representaba una declaración. Desde el emblemático El baile de los que sobran, Los Prisioneros crearon piezas que reflejaban los problemas sociales y políticos de Chile, así como de Latinoamérica.
Narea lamenta que en la música actual, los artistas carecen de un enfoque social claro, «miran al ombligo y se toman selfies», en sus palabras, sugiriendo que muchas propuestas artísticas se han vuelto individualistas, sin un compromiso con las problemáticas sociales que afectan a sus audiencias. Narea destaca que, aunque algunos artistas actuales aún tienen un enfoque crítico, como Ca7riel y Paco Amoroso, el movimiento en su conjunto no posee la misma cohesión y propósito que antes.
Influencias y raíces del sonido de Los Prisioneros
La música de Los Prisioneros, fuertemente influenciada por la new wave y el punk británico de bandas como The Clash y The Cars, brindó una apertura a sonidos que hasta entonces eran ajenos en Latinoamérica. Inspirados por la diversidad de estilos de Sandinista! de The Clash, el grupo chileno fusionó el punk, ska y el techno-pop en su disco La voz de los 80, abriendo un camino en la música en español que cuestionaba la desigualdad, la dictadura y la falta de oportunidades para la juventud.
Uno de los aspectos más significativos de la trayectoria de Los Prisioneros fue su enfrentamiento con la censura en tiempos de dictadura. En 1985, durante una presentación en la Teletón chilena, la transmisión de su canción Quién mató a Marilyn fue interrumpida, marcando un antes y un después en la relación de la banda con el gobierno chileno. En aquella época, sus letras estaban dirigidas a una juventud oprimida, y aunque sus canciones fueran censuradas, el mensaje seguía vivo en la memoria de los seguidores.
La importancia del legado musical
Narea se siente orgulloso del impacto que han dejado Los Prisioneros, mencionando cómo, a pesar de sus diferencias personales, el grupo logró trascender, convirtiéndose en una voz de generaciones. A día de hoy, Narea continúa interpretando los éxitos de la banda, llevando estos mensajes a nuevos públicos que encuentran en su música un reflejo de las luchas y desigualdades que persisten en la región.
Para Narea, el rol de la música debería ir más allá de la satisfacción personal y convertirse en un canal de voz para aquellos que buscan cambiar el mundo.
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