Barcelona, en el foco del conflicto: tiendas de souvenirs y dulces de cannabis bajo vigilancia
- RootsLand
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Redactor: Sam Torne

Las golosinas elaboradas con derivados semisintéticos del cannabis, como el HHC (hexahidrocannabinol), han quedado prohibidas en España. El Ministerio de Sanidad, a través de una orden firmada por Mónica García y publicada en el Boletín Oficial del Estado, ha zanjado el vacío normativo que permitía la venta de estas chucherías, muchas veces sin etiquetado claro ni advertencias. La decisión se basa en crecientes evidencias médicas y preocupaciones sanitarias por su impacto entre adolescentes y turistas.
Un peligro disfrazado de dulce
Estas golosinas no son inocuas. Aunque su forma imita caramelos o gominolas comunes, contienen cannabinoides semisintéticos que afectan al sistema nervioso y pueden inducir desde vómitos y ansiedad hasta cuadros más graves como desorientación, paranoia o pérdida de conciencia. Según Joan-Ramon Villalbí, delegado del Plan Nacional sobre Drogas, estos productos han sido responsables de múltiples episodios de intoxicación en hospitales españoles, y su formato comestible reduce la percepción de peligro.
Uno de los principales focos de alerta ha sido el Hospital Clínic de Barcelona, que en 2024 atendió 24 casos de intoxicación por consumo de estas golosinas, el doble que dos años atrás. La mayoría de los pacientes eran mujeres turistas que las compraron en tiendas de recuerdos que promueven una imagen relajada del cannabis. El jefe de toxicología del Clínic, Emilio Salgado, advirtió sobre el auge de los cannabinoides sintéticos vendidos como souvenirs, fuera del radar regulatorio.
El Ayuntamiento de Barcelona, que ya había presionado por la prohibición, celebra la nueva norma. Según fuentes municipales, la ciudad está repleta de tiendas que venden estos productos como si fueran artículos turísticos sin riesgo. La Guardia Urbana y la Agència de Salut Pública han realizado operativos conjuntos, aunque reconocen que, sin un marco legal claro, muchas tiendas solo ocultaban las golosinas de las vitrinas, sin dejar de venderlas.