Redacción: Marlone Serrano
La Ciudad de México ha visto un crecimiento notable en la instalación de campamentos cannábicos, espacios destinados al consumo recreativo de marihuana, que han proliferado en zonas clave de la capital. Estos campamentos, conocidos también como zonas de tolerancia, buscan visibilizar el consumo responsable de la planta y concienciar sobre su uso recreativo, a la vez que plantean una discusión sobre la legalización y la regulación del consumo de marihuana en el país.
A pesar de la falta de una legislación clara sobre el uso recreativo de la marihuana, y la reciente desarticulación del Campamento 420 frente al Senado de la República por parte de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), los campamentos continúan siendo una presencia en espacios públicos como la Avenida Juárez, cerca del Hemiciclo a Juárez, donde se realizan actividades recreativas y culturales como juegos y música. También en la Explanada de la Estela de Luz, donde la organización Siembra Cultura ha convertido el lugar en un punto de encuentro para consumidores que buscan disfrutar de la planta libremente, mientras algunos comerciantes ambulantes venden productos relacionados con el consumo de marihuana.
Otros lugares en la ciudad, como las inmediaciones del Metro Hidalgo, la Plaza de la Información, y el Monumento a la Madre, albergan iniciativas similares, especialmente por parte del colectivo Plataforma 4:20, que defiende el derecho al libre desarrollo de la personalidad de los consumidores. Estos espacios permiten a los participantes disfrutar de actividades como partidas de ajedrez, mientras comparten experiencias y debaten sobre la legalización.
Sin embargo, la expansión de estos campamentos ha suscitado preocupación, ya que algunos informes sugieren que han sido infiltrados por grupos vinculados al crimen organizado y al narcomenudeo. A pesar de los esfuerzos por promover el consumo responsable y pacífico, algunos de estos campamentos han visto un aumento en la presencia de actividades ilícitas, lo que ha generado alertas entre las autoridades locales.
Aunque el consumo de hasta cinco gramos de marihuana está permitido para uso médico o de investigación, la falta de una regulación integral sigue siendo un tema de debate en la sociedad. Mientras tanto, los campamentos cannábicos continúan siendo una parte visible y creciente de la cultura urbana en la CDMX, promoviendo la libertad en su consumo y buscando visibilizar la necesidad de una política pública que regule su uso.
Este fenómeno, que apunta hacia la creación de espacios libres para los consumidores, enfrenta el reto de mantenerse dentro de los márgenes de la legalidad y evitar su infiltración por actividades criminales. La ciudad se encuentra en un punto de inflexión donde se debate la posibilidad de que estos campamentos evolucionen hacia espacios de consumo regulado y seguro, en un contexto de mayor aceptación social y legalización en el futuro cercano.
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